Mi país, ¡oh, santo!, es un país sin dolor. Les clamo a todos a gritos: al rey como al
mendigo, al emperador como al fakir. ¡Quien quiera que busque abrigo junto al Altísimo, que
venga a mi país!
¡Que venga el triste y fatigado y que deposite allí su fardo!
Ven aquí, hermano, para que puedas pasar más fácilmente a la otra orilla.
Este es un país sin tierra ni cielo, sin luna ni estrellas. La radiante Verdad es lo único que
brilla en el triunfo de mi Señor.
Kabir
mendigo, al emperador como al fakir. ¡Quien quiera que busque abrigo junto al Altísimo, que
venga a mi país!
¡Que venga el triste y fatigado y que deposite allí su fardo!
Ven aquí, hermano, para que puedas pasar más fácilmente a la otra orilla.
Este es un país sin tierra ni cielo, sin luna ni estrellas. La radiante Verdad es lo único que
brilla en el triunfo de mi Señor.
Kabir