Estoy sereno. También el toro puede descansar.
Ha llegado el amanecer. En reposo gozoso,
en mi morada de paja he abandonado el látigo y la cuerda.
Comentario:
Todo es una ley, no dos. Sólo hacemos del toro un sujeto transitorio.
Es como la relación entre el conejo y la trampa, o el pez y la
red. Es como el oro y la escoria, o la luna saliendo de una nube. Un
sendero de luz clara sigue viajando por el tiempo infinito.
La Búsqueda
La Búsqueda
Los Diez Toros del Zen
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