MÚSICA

domingo, 6 de abril de 2008

5. DOMANDO AL TORO

El látigo y la cuerda son necesarios.
Para que no se desvíe por algún camino polvoriento.
Cuando se le entrena bien, se vuelve naturalmente suave.
Entonces, liberado, obedece a su maestro.
Comentario:
Cuando surge un pensamiento, le sigue otro pensamiento.
Cuando el primer pensamiento brota de la iluminación, todos los
pensamientos siguientes son verdaderos. Mediante la ilusión, uno
lo vuelve todo falso. La ilusión no la causa la objetividad; es el
re­sultado de la subjetividad. Agarra fuertemente el anillo de la nariz
y no permitas siquiera una duda.
La Búsqueda
Los Diez Toros del Zen

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