MÚSICA

domingo, 6 de abril de 2008

4. CAPTURANDO AL TORO

Lo agarro con una lucha tremenda.
Su gran voluntad y poder son inagotables.
Embiste hacia la alta meseta muy por encima de la niebla de
las nubes, o se para en un barranco impenetrable.
Comentario:
Vivió mucho tiempo en el bosque, pero ¡hoy lo capturé! El de­seo
de paisaje interfiere con su sentido de la dirección. Anhelando
hierba más dulce, se aleja. Su mente aún es obstinada y desenfre­nada.
Si deseo que se someta, debo elevar mi látigo.
La Búsqueda
Los Diez Toros del Zen

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