MÚSICA

domingo, 6 de abril de 2008

3. PERCIBIENDO AL TORO

Oigo la canción del ruiseñor.
El sol es cálido, el viento es suave, los sauces son verdes junto
a la orilla.
¡Aquí no puede esconderse ningún toro!
¿Qué artista puede dibujar esa cabeza imponente, esos cuernos
majestuosos?
Comentario:
Cuando uno oye la voz, uno puede sentir su origen. En cuanto
se funden los seis sentidos, se entra por la puerta. ¡Dondequiera
que uno entre, ve la cabeza del toro! Esta unidad es como sal en el
agua, como el color en el tinte. La cosa más ligera no está separa­da
del ser.
La Búsqueda
Los Diez Toros del Zen

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