MÚSICA

jueves, 30 de octubre de 2008

Chuang Tzu:

Chuang Tzu:
No comprendió que simplemente con ponerse en un lugar sombreado, se habría desvanecido su sombra, y que si se hubiera sentado, sin moverse, ya no habría más pisadas.
No había necesidad de luchar, ni de escapar. Lo único que hacía falta era adentrarse en la zona de sombra y quedarse quieto.